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martes, 7 de abril de 2015

LECTURA POLÍTICA AMBIENTAL ONCES

Política ambiental en Colombia
El manejo y protección de los recursos naturales y el medio ambiente en Colombia se ha caracterizado por la evolución de la legislación ambiental y ha sido parcialmente influenciada por la política internacional en la materia. Hasta la expedición del Código de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente en 1974, los recursos naturales se manejaron de una manera puntual con un criterio patrimonial y de explotación más que de conservación y su manejo se hizo a través de la creación de organismos que se ocupaban de la explotación de un recurso determinado hasta la utilización integrada y múltiple de varios de ellos. Antes de 1974, existían una serie de normas fragmentadas y dispersas. En 1908, por ejemplo, se estableció, mediante el decreto 1279, el Departamento de Tierras Baldías y Bosques Nacionales en el Ministerio de Obras Públicas que puso en práctica el pago de obras con bosques, una de las causas del proceso de deforestación de muchas zonas del país. En 1912, se adoptó el Código Fiscal Nacional que contenía normas sobre uso de los bosques en terrenos baldíos con fines tributarios, situación corregida con la Ley 119, que creó la Comisión Forestal en 1989. En 1957, se expidió el decreto 376 sobre pesca marítima. En 1959 se expidió el decreto 1975 sobre pesca en aguas dulces de uso público y se creó el INDERENA, establecimiento público adscrito al Ministerio de Agricultura encargado de la protección y manejo de los recursos naturales renovables; lo que se constituye en el primer esfuerzo del país por conformar una estructura institucional autónoma que se encargara de la protección, manejo, vigilancia, control, investigación, etc., de los recursos naturales renovables.
En 1974, con la expedición del Código Nacional de los Recursos Naturales Renovables y Protección del Medio Ambiente, se empezó a hablar en el país de una legislación ambiental. Este código se constituyó y constituye la principal norma sustantiva en materia ambiental.
En los noventa, los avances han sido significativos. En este período, se estructuró una política ambiental sistemática y rigurosa que incluyó una sólida base institucional, financiera y técnica. La Constitución de 1991, por ejemplo, estableció la función ecológica de la propiedad, señaló los deberes ambientales del Estado, los derechos ambientales de los ciudadanos, ordenó la formulación de políticas ambientales como parte del Plan Nacional de Desarrollo e introdujo la noción de desarrollo sostenible como meta para la sociedad, entre otros aspectos. La Ley 99 de 1993, estableció el Sistema Nacional Ambiental —SINA—12; modificó la legislación en materia de licencias ambientales, tasas retributivas, tasas por uso del agua, destinación de recursos financieros para la gestión ambiental, y sanciones por infracción de las normas ambientales.
Entre los decretos reglamentarios de la Ley 99 de 1993, se destacan el que regula la expedición de las licencias ambientales, el que reglamenta las tasas retributivas, los que organizan los institutos de apoyo científico y técnico del ministerio, el que define la naturaleza jurídica de las corporaciones autónomas regionales y el que reglamenta aspectos concernientes con la prevención y control de la contaminación atmosférica, entre otros. Se destaca también que el 0,1% del PIB (inversión pública) debe destinarse a la protección ambiental13.
En los planes de desarrollo del país, con excepción de la “Revolución pacífica” y del “Salto social”, no aparece expresada explícitamente política alguna que se ocupe de manera integral de los recursos naturales y el medio ambiente. Los programas de desarrollo elaborados hasta 1990, consideraron los recursos naturales desde sus perspectivas de aprovechamiento con un enfoque exclusivamente extractivo y de aprovechamiento de corto plazo. En los sesenta, las políticas de desarrollo se formularon en los llamados “planes comunes” de desarrollo de LLERAS CAMARGO, 1958-1962, y LLERAS RESTREPO, 1966- 1970, y en ninguno de éstos se hacen referencias explícitas a políticas ambientales. Los setenta se iniciaron con la administración PASTRANA, 1970-1974, y su plan de desarrollo “Las cuatro estrategias” no incluyó explícitamente la dimensión ambiental en su política, pero sí propuso acciones concretas en materia de saneamiento ambiental. En este último gobierno se creó, mediante decreto 1040 de 1973, el Consejo Nacional de Población y Medio Ambiente. Además, la Ley 23 del mismo año le dio facultades al ejecutivo para dictar el Código de los Recursos Naturales Renovables en 1974. El plan “Para cerrar la brecha” de ALFONSO LÓPEZ, avanzó legislativamente y en acuerdos bilaterales pero lo ambiental lo relaciona específicamente con el ámbito construido y sólo marginalmente con lo natural. En el “Plan de integración nacional” de la administración TURBAY, se buscó crear condiciones para la explotación de los recursos naturales por parte del sector privado; sin embargo, los efectos de este plan sobre la protección tanto del ambiente natural como del construido no tuvieron una significación mayor que la de los anteriores planes de desarrollo. En el plan de desarrollo “Cambio con equidad”, de la administración BETANCUR entre 1982-1986, los temas del ambiente natural y construido estuvieron comprometidos en las políticas sectoriales de la producción con un enfoque ante todo de aprovechamiento y secundariamente de conservación. En el “Plan de economía social” de BARCO, 1986-1990, no se distingue mucho de los anteriores en lo ambiental, excepto en la política de desarrollo territorial. No obstante, por primera vez un documento oficial buscó integrar las políticas de desarrollo económico y social con las de desarrollo espacial, siendo el primer intento explícito de incorporar la dimensión ambiental en la planificación. En la administración GAVIRIA, 1990-1994, se introdujo por primera vez una política ambiental específica en un plan de desarrollo “La revolución pacifica”. En este período, los avances en materia ambiental fueron significativos porque se estructuró una política ambiental sistemática y rigurosa que incluyó una sólida base institucional, técnica y financiera. En este período, los avances estuvieron marcados, además del plan de desarrollo, básicamente por la Constitución de 1991 y la Ley 99 de 1993, como se muestra más adelante. En el plan “El salto social” de la administración SAMPER, 1994-1998, el primero que se elabora bajo la nueva Constitución colombiana, se formuló una política ambiental específica, cuyo objetivo fue avanzar gradualmente hacia el desarrollo humano sostenible. En este plan se consideró al ambiente como el factor básico del desarrollo humano y de su sostenibilidad. Sin embargo, el capítulo de desarrollo sostenible no logra permear las propuestas sectoriales contenidas en las demás partes del plan.

LECTURA EL VALOR DEL ANILLO ONCES

EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO

Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.
- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
- ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas. Quizás después… Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
- E… encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.

- Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda.

- Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
- ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.
- Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… Si la venta es urgente…

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

Jorge Bucay  26 cuentos para pensar

Preguntas:
1. Que es lo que más te gusta de ti?
2. Que es lo que más te disgusta de ti?
3. Cambiarias algo de tu cuerpo o de tu personalidad?
4. Que cosas te ponen triste?
5. Que cosas te hacen feliz?
6. Que concepto piensan que tienen tus amigos de ti?
7. Eres feliz con la vida que llevas o piensas que te hace falta algo, que?
8. Te gustaría tener las cualidades de otra persona que conozcas, cuáles?
9. Por qué piensas es que es importante valorarte tal y como eres?
10. Sientes miedo a que te rechacen, por qué?

11. Sientes miedo a cometer errores, por qué?

lunes, 9 de marzo de 2015

LECTURA CRITICA NOVENOS, DECIMOS Y ONCES

 El cambio en Ecopetrol

En la noche del jueves pasado, la junta directiva de Ecopetrol designó al exministro Juan Carlos Echeverry como nuevo presidente de la compañía. Más allá de las especulaciones que se tejieron en torno a quién sería la siguiente cabeza de la empresa más importante del país, tanto en utilidades como en ventas, el nombramiento implica un cambio de era que solo puede ser calificado de trascendental.
La razón es que la buena salud del conglomerado es clave para el desempeño adecuado del país, en materia fiscal. Tanto los impuestos como los dividendos que la firma le gira a la Nación –dueña de algo menos del 90 por ciento de las acciones en circulación– equivalen a más del 15 por ciento de los ingresos corrientes del Gobierno.
Como es bien sabido, los tiempos recientes no han sido muy propicios para Ecopetrol. El abrupto descenso en las cotizaciones internacionales del petróleo ha sido el motivo de pérdidas cuantiosas, como las registradas en el último trimestre del 2014, cuando ascendieron a cerca de 611.000 millones de pesos.
No es usual que el balance de la sociedad muestre saldos en rojo. De hecho, es la primera vez desde cuando arrancó la política de privatización parcial en el 2007 que tiene lugar un saldo negativo. Pero si el propósito es volver a números en negro se requiere una administración que sea capaz de tomar decisiones, por dolorosas que sean.
En tal sentido, la responsabilidad de Echeverry es enorme. En medio de una coyuntura internacional muy compleja –por causa del exceso de oferta que existe en el mercado de hidrocarburos– tiene que liderar un proceso de ajustes orientado a disminuir costos y asegurar la viabilidad de la compañía en épocas de cotizaciones a la baja.
Como si esto fuera poco, su prioridad a mediano plazo debe ser conseguir un aumento significativo en las reservas recuperables de crudo, pues Colombia sigue muy cerca de perder el carácter de productor excedentario que tiene hoy. Aun con poco margen para hacer inversiones, no hay opción diferente a la de buscar un incremento, ojalá a través de hallazgos exitosos.
Por otro lado, la lista de pendientes es bien larga. Esta va desde la conclusión exitosa del proyecto de la refinería de Cartagena –el más ambicioso en la historia del país– hasta el manejo de las relaciones laborales con un sindicato como la Unión Sindical Obrera, que hizo un llamamiento general a la huelga y desea intervenir en la política de hidrocarburos.
A lo anterior hay que agregar los episodios de corrupción, atribuibles a un puñado de manzanas podridas. Más allá de que se trate de hechos aislados, la obligación de Echeverry y su gente es la de eliminar cualquier foco de venalidad, para que la justicia castigue con severidad a quienes se aprovecharon del patrimonio de los colombianos. Los casos no son comparables, pero el ejemplo de Petrobrás muestra que hay que reaccionar ya, para evitar lamentarse después.
Todo lo anterior comprueba que el desafío es grande. En medio de un entorno global hostil, Ecopetrol tiene que ser capaz de recuperar su carácter de empresa rentable y transparente, para garantizar su vigencia en el tiempo. Ello requiere un manejo profesional y transparente, un compromiso que le exige a Echeverry una inmensa dedicación en los próximos años. Tomado del periódico el tiempo.

martes, 3 de marzo de 2015

LECTURA CRITICA NOVENOS, DECIMOS Y ONCES

Alabanza del capitalismo
Algunos filósofos como Nicolás Maduro, enloquecidos por la ideología, acaban en el furor anticapitalista: el capital es la lepra de la sociedad. Y el rico, el demonio vector. Un prejuicio decimonónico ligado a cierto misticismo que floreció en los cafés europeos de los anarquistas rusos, donde iban Lenin, Bakunin y Joyce. Pero Joyce no tiene que ver con eso más que como testigo casual. Y seguramente estaba pensando en otra cosa. Fueron tiempos oscuros. Del atentado personal, de la dinamita en las patas de los caballos de los nobles rumbo al teatro.

Es extraño que no haya pasado de moda la idea de que la prosperidad ajena me daña. Y los ricos son malvados. Es cierto. Rockefeller, Morgan, Carnegie, Edisson fueron viciosos extremos por la arrogancia, la mezquindad, la vanidad. Un escándalo, humillantes. Pero también fueron expresiones magníficas de una época apasionada, protagonistas de la saga del materialismo, del poder del hierro, el carbón, la máquina. Solo monstruos así podían convertirse en los visionarios que llegaron a ser. Es una muestra de ingratitud no estar reconocidos con estas bestias de sombrero de copa que eructaban champaña, pero popularizaron la energía eléctrica y la bombilla, e integraron las ciudades de los rascacielos con autopistas y trenes y teléfonos, la radio y la televisión.

El capitalismo alivió el trabajo y democratizó sus productos haciendo más grato vivir. Hoy, cualquiera vive mejor que un rico hace un siglo. Con menos piojos, con una percepción más profunda de la vida, con el privilegio no desdeñable de la letrina. Y se alimenta mejor porque tiene nevera, licuadora y gas. Y está mejor educado que Pepe Sierra. Hace un siglo, el acceso a la universidad era un lujo. Y los libros eran más caros antes de la rotativa capitalista. Hace poco, la mayoría no llegaba a los ocho años. Hoy el mundo está lleno de viejos saludables que viven de su jubilación, a pesar de los abusos de los droguistas y de los inescrupulosos que se roban los hospitales.

Algunos piensan que los ricos son todos malos. Pero para malos conozco algunos pobres. El que envidia los ricos olvida que también lloran. La señora Pucci dijo que es mejor llorar en un Rolls Royce que en bicicleta, antes de entrar en una cárcel italiana por matar al esposo.

Tal vez la propia dinámica del capitalismo engendró la sospecha de que hay algo mejor. Porque el capitalismo ha sido fruto de la curiosidad y la voluntad de mejorar las cosas corriendo todos los riesgos. El libro de moda de Piketty, sobre el capital en el siglo XXI, su minuciosa investigación sobre la desigualdad, hace pensar que más allá de la aritmética de los percentiles, y por más que persista el escándalo de la pobreza, también es verdad que jamás hubo tantos ricos como hoy. Tanta gente acomodada que va de vacaciones al mar y puede abrirse al mundo más de lo que pudieron sus abuelos.
El capitalismo lleno de lacras y rodeado de peligros con su pasión por los negocios hizo por la concordia humana más que los discursos religiosos y políticos. Quién sabe si se superará según las predicciones de Jeremy Rifkin sobre la sociedad internética y el procomún colaborativo, según Pinker y su teoría de la pacificación creciente de la sociedad, según las fantasías de biólogo de Edward O. Willson o el régimen de impuestos de Piketty. Pero es esperable que acabe por minimizar las sombras de su potente resplandor. Por lo pronto, la industria astronáutica del capitalismo busca otros entornos para seguir prosperando si esto se descompone. Ya hay un carromato en Marte con sensores, a ver si es factible sembrar cajeros automáticos y si se pueden parcelar sus valles rojos para ponerlos en subasta. Una cosa nos enseñó el siglo XX. Todo lo que inventó contra el capitalismo fue peor que la enfermedad. (Tomado Diario el Tiempo ).